El Centro Internacional “Domus Galilaeae”, situado aproximadamente a un kilómetro de las ruinas de Corazím, surge sobre el así llamado plateau de Corazím en el lugar designado por las tradiciones locales como “el lugar de los árboles de la bendición”. El plateau se encuentra cerca de la cima del monte llamado de las Bienaventuranzas, que se eleva de manera bastante rápida hasta casi 300 metros (900 pies) frente a Cafarnaúm y Tabgha, el lugar de la multiplicación de los panes y de los peces. El Centro se encuentra justo al lado del camino hacia oriente que antiguamente unía Damasco con Galilea, pasando por Corazím y por Cafarnaúm, la ‘Vía Maris’, una de las mayores vías de comunicación construidas por los romanos y que bordeaba el lago.
El lugar del Sermón de la Montaña y de la institución de los 12 apóstoles
El evangelio de Mateo después de las tentaciones en el desierto relata el retorno de Jesús a Galilea.(Cap. 5,1-20) después de haber narrado la misión de Jesús en la alta Galilea y en la Decápolis, y de haber llamado a los primeros apóstoles, escribe:
«Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra...»
pronunció el Sermón de la Montaña. En el paralelo de Lucas en cambio (Cap. 6,12), siempre en el contexto de la misión en Galilea, Jesús
« se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos a los que llamó también apóstoles... bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo... y alzando los ojos hacia sus discípulos decía... »
Las dos versiones son sólo aparentemente contradictorias, en cuanto que Lucas se refiere a la costumbre de Jesús de retirarse a lugares aislados o elevados para orar a solas y después descendió para buscar un lugar más llano donde poder hablar a la muchedumbre que acudió allí de toda Judea. Ambas versiones en griego emplean la expresión:
« el monte»
expresión que indica un lugar preciso y bien conocido por los lectores. El contexto indica que el monte (to oros) se encontraba en los alrededores de Cafarnaúm. Desde los más antiguos testimonios, la Iglesia primitiva identificaba el lugar del sermón, y de la institución de los doce exactamente con el monte que se eleva apenas detrás de Cafarnaúm y Tabgha.
Después de las invasiones de los persas, e inmediatamente después, de los árabes, se perdieron las referencias precisas, en particular la localización de la misma Cafarnaúm, Tabgha y Corazím. Los estudiosos al inicio del 900 postularon diversas hipótesis sobre cuál sería el monte de las bienaventuranzas: algunos propusieron los cuernos de Hattin (Qurun-hattun) o el monte Tabor. Pero, en los últimos decenios tales hipótesis han caído porque carecen de verosimilitud, y sobre todo gracias a la campaña de excavaciones arqueológicas promovida por la Custodia franciscana de Tierra Santa. Entre 1905 y 1915 ha sido sacada a la luz gran parte de Cafarnaúm; en 1925 se han podido identificar con seguridad las ruinas de Corazím y en 1932 se han descubierto las ruinas de la Iglesia bizantina en Tabgha que señalaba el lugar de la multiplicación. Con estas referencias arqueológicas precisas, los estudiosos están ahora ya de acuerdo con el hecho de que el monte de las Bienaventuranzas es el lugar donde Jesús instituyó a los doce apóstoles y donde proclamó el sermón. En cambio es más difícil localizar el lugar preciso donde el sermón fue proclamado. Egeria, en el siglo IV, da indicaciones bastante precisas y escribe en su itinerario:
«no muy lejos de Cafarnaúm... sobre el monte vecino... hay una altura (specula) [1] sobre la cual el Señor subió a proclamar las bienaventuranzas... »
En el tiempo de las cruzadas, el Compendio De Situ Urbis Jerusalem escrito alrededor de 1130, refiere que el lugar del sermón de la montaña estaba a una milla de Tabgha. Poco después, en 1172, Teodorico refiere genéricamente, que Jesús pronunció el sermón sobre el monte cercano a Tiberiades. Burchardus en cambio, en 1283 es mucho más preciso: refiere que el lugar del Sermón según las tradiciones locales, era el monte que se encuentra viniendo de Safed y siguiendo el camino hacia oriente (que es exactamente aquel que pasa cerca del proyecto Domus Galilaeae) y que se encuentra en Tabgha. De aquí, escribe Burchardus, se puede gozar de un panorama magnífico de todo el lago y de toda la región de Galilea hasta el Hermón y el Líbano. En la época moderna se está revalorizando el valor de las tradiciones beduinas que son las tradiciones locales más antiguas e ininterrumpidas, y por eso las únicas en grado de llenar el hueco entre la época de la Iglesia Primitiva y la de las cruzadas. En esta perspectiva, diversos estudios modernos están a favor de la identificación del lugar del sermón justo con el lugar donde está surgiendo el centro Domus Galilaeae. Clemens Koop, que ha estudiado las tradiciones beduinas locales, propone tres argumentos a favor de esta hipótesis. Él escribe:
« razones muy fuertes sostienen que el sermón de la montaña fue pronunciado cerca de los árboles benditos »:
- La antiquísima tradición local beduina confirmada por un análisis detallado de todas las fuentes antiguas y medievales. Los beduinos identificaban un grupo de árboles milenarios como Es-sajarat el-mubarakat que se traduce: “los árboles bendecidos por el Mesías” (Issa). Estos tres árboles bimilenarios -un terebinto, una encina y una espina de Cristo- se encontraban justo sobre la propiedad donde se está erigiendo la Domus Galilaeae hasta el 1913, y eran venerados por los beduinos en cuanto memoria de la presencia del Mesías. En 1913 un beduino tuvo la osadía de talar dos de ellos, la encina y la espina de Cristo, lo cual provocó la indignación de los beduinos y consecuentemente llevó a la venta del terreno a la Custodia. Hoy sobre el terreno permanece solamente el terebinto.
- La zona de los árboles benditos estaba también denominada por los beduinos der makir: que evoca al griego Μακάριος, makarios, bienaventurado y se traduce como “el monasterio de la bienaventuranza” donde según las tradiciones beduinas se encontraba un monasterio de eremitas
- La correspondencia con la descripción del evangelio: “el lugar permite estar en soledad pero al mismo tiempo es fácilmente alcanzable por el pueblo que viene del camino que parte del lago y sube a lo largo del wadi ed-dshamus. La altura se inclina ligeramente hacia este wadi, y por esto hay espacios llanos para multitudes de mayores dimensiones..." [2]
El único punto del monte de las bienaventuranzas desde el cual se goza de una vista ininterrumpida de todo el lago Tiberiades, del Jordán y hasta del Hermón, es justamente el de los árboles benditos. También Bernabé Meistermann y P. Lievin de Hamme nos refieren esta tradición beduina según la cual fue justamente junto a estos árboles plurimilenarios que Issa pronunció el sermón de la montaña.